Abram, sin la “hache” al medio
y sin la otra “a”, significaba: “El Padre es exaltado” y nació en Ur de Caldea,
donde vivió con su padre y sus hermanos Nacor y harán y donde se casó con la
entonces Saraí. Era descendiente de Sem e hijo de Taré; fue fundador de la
nación judía (Cuidado: él era caldeo), de los ismaelitas y de otras tribus
árabes.
Usted conoce poco, mediano o
mucho su historia. Yo quiero rescatar, en este trabajo y de esa historia, siete
claves esenciales que están allí, escritas desde siempre y que son eslabones
obligados para poder convertirnos en de Abram en Abraham. Esto es: de El Padre
es Exaltado, en “Padre de Multitudes”. Siete aspectos que hoy lo están
esperando a usted para que, si los atraviesa y los cumple, no tenga nada que
envidiarle al patriarca. También para que se vaya haciendo a la idea de que en
los almuerzos y las cenas del cielo, en la vida eterna, usted va a compartir la
mesa con él en un mismo nivel. Pero fundamentalmente para que hoy, ahora, su
vida pueda salir de una vez por todas de la mediocridad, de la chatura y de la
inexpresividad de un religioso más y se convierta en un estandarte que
glorifique a Cristo.
(Génesis 12: 1)= Pero Jehová
había dicho a Abram: vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu
padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te
bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te
bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas
las familias de la tierra.
Lo primero que vemos aquí, es
un llamado soberano de Dios. Le dijo: Vete de tu tierra y de tu parentela. No
fue una sugerencia, o una idea, o una opción, o un igualitario intercambio: fue
una orden. Esa orden, quiero que usted entienda muy bien, no le resultaba
sencilla para obedecer a Abram. Tenía que dejarlo todo, sin condiciones ni
concesiones.
Cuando le dice que en él serán
benditas todas las familias, hay que ir al original porque aquí el sentido es
muy abarcativo y no se limita a los Pérez, los Rodríguez o los Martínez, si
hemos de tomar apellidos clásicos en el habla hispana. FAMILIA, aquí, es la
palabra MISHPACHAH y habla de un tipo, una clase o un género de gente o cosas:
una especie de animales, un grupo de individuos relacionados (Una tribu) o un
grupo de cosas relacionadas, (Una categoría).
El principal concepto de
MISHPACHAH es que la gente, los animales o las cosas que comparten parentesco o
relación similar de algún tipo, forman una familia, clan o especie. De ahí que
el término designe tanto a un grupo de familiares cercanos a toda una nación.
Todo indica que Dios quiso separar a Abram de su familia idólatra para hacer de
él y de sus descendientes la nación mesiánica que traería salvación a todas las
familias de la tierra.
En este pasaje, también, Dios
promete grandeza para Abram; y lo bendice de muchas formas, incluyendo las
bendiciones materiales. La dinámica de este hecho histórico tiene validez para
el creyente de hoy.
En Gálatas 3:13 y 14, Dios
promete dar a todos los creyentes las bendiciones de Abraham y nos dice que
Jesús se convirtió en maldición por nosotros para que pudiéramos recibir “las
bendiciones de Abraham”. Esto, por supuesto, comienza con nuestro renacer, o el
convertirnos en nuevas criaturas en Cristo Jesús. Pero “las bendiciones de
Abraham” implican otras cosas también. El Señor quiere que prosperemos
espiritual, emocional, física así como materialmente. Las bendiciones son nuestras
por su promesa y no necesitamos excusar el hecho de que esté incluida la
prosperidad material.
Todo esto es muy bueno y a
cualquiera le gustaría recibirlo de parte de Dios, tal como Gálatas nos asegura
que puede y que debe ser. Pero he aquí que necesita algo de parte nuestra; una
condición puesta al servicio del propósito y la voluntad de Dios.
(Génesis 12: 4)= Y se fue
Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y
cinco años cuando salió de Harán.
CLAVE NÚMERO UNO: ABRAHAM FUE
OBEDIENTE.
La histórica continúa con la
efectivización de la herencia de Canaán.
(Génesis 13: 1)= Subió, pues,
Abram de Egipto hacia el Neguev, él y su mujer, con todo lo que tenía, y con él
Lot. Y Abram era riquísimo en ganado, en plata y en oro. (¿Cuántos saben que
Dios no se especializa o se caracteriza por levantar a desempleados o
desocupados?)
Y volvió por sus jornadas
desde el Neguev hacia Bet-El, hasta el lugar donde había estado antes su tienda
entre Bet-El y Hai, al lugar del altar que había hecho allí antes; e invocó
allí Abram el nombre de Jehová. Y también Lot que andaba con Abram, tenía
ovejas, vacas y tiendas. (¿Le queda suficientemente en claro que Lot, tampoco
era un menesteroso, verdad?)
Y la tierra no era suficiente
para que habitasen juntos, pues sus posesiones eran muchas, y no podían morar
en un mismo lugar. Y hubo contienda entre los pastores del ganado de Abram y
los pastores del ganado de Lot; y el cananeo y el ferezeo habitaban entonces en
la tierra. Muy parecido a cuando los ministros de una denominación “cristiana”
entran en profunda enemistad con los de otra denominación también “cristiana”).
Entonces Abram dijo a Lot: no
haya ahora altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, porque
somos hermanos.
Este verso es, a todas luces,
la síntesis concreta y casi perfecta de un primario discurso de unidad, de una
unidad que supera la buena voluntad y el buen ánimo que pudieran tener un grupo
de ministros de distintas denominaciones que un día deciden reunirse a tomar un
café y dialogar de temas comunes teniendo mucho cuidado de no hacer mención a
ninguno de los puntos de divergencia que mantienen. Me quedo con las formas de
Abram: lo primero que interesa es que somos hermanos, después podemos hablar de
todo lo demás. Sin embargo, la clave que encontramos en Abram, aquí, está en el
verso 9:
¿No está toda la tierra
delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a la mano izquierda,
yo iré a la derecha; y si tú a la derecha, yo iré a la izquierda.
CLAVE NÚMERO DOS: ABRAHAM FUE
GENEROSO.
El tercer punto lo vamos a
encontrar en ocasión de una guerra entablada entre Amrafel rey de Sinar, Arioc
rey de Elasar, Quedorlaomer rey de Elam y Tidal rey de Goim y Vera rey de
Sodoma. Birsa rey de Gomorra, Sinab rey de Adma, Semeber rey de Zeboim y el rey
de Bela. El relato completo de este suceso está en el capítulo 14 del libro de
Génesis, donde leemos lo que sigue:
(Génesis 14: 10)= Y el valle
de Sidim estaba lleno de pozos de asfalto; y cuando huyeron el rey de Sodoma y
el de Gomorra, algunos cayeron allí; y los demás huyeron al monte. Y tomaron
toda la riqueza de Sodoma y de Gomorra, y todas sus provisiones, y se fueron.
Tomaron también a Lot, hijo del hermano de Abram, que moraba en Sodoma, y sus
bienes, y se fueron. Y vino uno de los que escaparon, y lo anunció a Abram el
hebreo, que habitaba en el encinar de Mamre el amorreo, hermano de Escol y
hermano de Aner, los cuales eran aliados de Abram.
Aquí, cuando habla de Abram
“el hebreo”, alude un calificativo que parecería
ser se le daba por parte de otros pueblos a la familia elegida. Pero mire el
verso 14:
Oyó Abram que su pariente
(Esto es: su sobrino) estaba prisionero, y armó a sus criados, los nacidos en
su casa, trescientos dieciocho, y los siguió hasta Dan. Y cayó sobre ellos de
noche, él y sus siervos, y les atacó, y les fue siguiendo hasta Hoba al norte
de Damasco. Y recobró todos los bienes, y también a Lot su pariente y sus
bienes, y a las mujeres y demás gente.
CLAVE NÚMERO TRES: ABRAHAM FUE
VALEROSO.
Después de esta batalla tiene
lugar un curioso y muy llamativo suceso al que resultaría totalmente imposible
resumirlo a un hecho histórico y literal. Es más: si así se estudiara, no
llegaríamos a ningún lugar y ni siquiera podríamos verle un costado coherente.
Visto desde lo espiritual, en cambio, todo toma otro sentido..
(Génesis 14: 18)= Entonces
Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino;
Punto primero: la palabra
Altísimo, aquí, es la palabra ELYON y significa “preeminente, relativo a las
alturas, en lo más elevado, majestuoso, supremo, exaltado, alto en rango,
encumbrado”. ELYON deriva del verbo ALAH que significa ascender. Aparece como adjetivo
más de veinte veces, y describe a gobernantes exaltados, así como las más
elevadas habitaciones en los muros del templo. Se convierte en un título divino
cuando aparece junto a uno de los nombres de Dios, tales como EL ELYON o ELOHIM
ELYON, Dios Altísimo. Se puede comparar con la declaración de los ángeles en el
nacimiento de Jesús ciando dicen: Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra
paz, buena voluntad para con los hombres.
Además, este aparentemente
rutinario de Abram con el rey de Salem se revela siglos después como un
encuentro con un arquetipo de Jesucristo en su papel de sacerdote. Melquisedec
significa “Mi rey es justo o legítimo”, y saluda a Abraham con pan y vino,
elementos que significan un símbolo clásico de un banquete real.
(Verso 19)= Y le bendijo,
diciendo: bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la
tierra; y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano.
CLAVE NÚMERO CUATRO: ABRAHAM
FUE BENDECIDO.
A la quinta esencia la vamos a
encontrar siguiendo con la lectura de este texto, prosiguiendo desde el verso
21.
(Génesis 14: 21)= Entonces el
rey de Sodoma dijo a Abram: dame las personas y toma para ti los bienes. Y
respondió Abram al rey de Sodoma: he alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo,
creador de los cielos y de la tierra, que desde un hilo hasta una correa de
calzado, nada tomaré de todo lo que es tuyo, para que no digas: yo enriquecí a
Abram;
Este pasaje exime de mayores
comentarios. Tiene tanta, pero tanta similitud a ciertas actitudes,
actividades, conductas y comportamientos que vemos a nuestro alrededor, que
bien parece – más que del libro de Génesis en la Biblia -, sacado de un
periódico del día. Es como si un funcionario le dijera hoy algo así como:
“Mira...hagamos un negocio, quieres? Tú me entregas a toda esa gente cristiana
que conoces, con nombres y apellidos, para que yo no me equivoque, ni tampoco
se me escape ninguno. A mí me interesa tener a esa gente. Tú te cobras el
servicio quedándote con todo los bienes que ellos tengan.” Fíjese en el verso23
la respuesta que da Abram y tiene una pintura de esta faceta particular del
patriarca.
CLAVE NÚMERO CINCO: ABRAHAM
FUE INCORRUPTIBLE.
Ahora tenemos que avanzar un
poco en la historia para encontrar lo que sigue. En el capítulo 18 del libro de
Génesis, y con Abram ya transformado en Abraham, hallamos un diálogo mano a
mano y cara a cara del siervo con su Señor. Jehová honra a Abraham revelándole
su plan para destruir a Sodoma y Gomorra, ciudades malvadas. Ahora bien; si a
Abraham lo que más le interesaba era qué suerte iba a correr su sobrino Lot
ante lo que se avecinaba, el sentido del texto nos deja al descubierto otra
faceta digna de tener en cuenta.
(Génesis 18: 23)= Y se acercó
Abraham y dijo: ¿Destruirás también al justo con el impío? Quizás haya
cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿Destruirás también y no perdonarás al
lugar por amor a los cincuenta justos que estén dentro de él? Lejos de ti el
hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado
como el impío; nunca tal hagas. El juez de toda la tierra, ¿No ha de hacer lo
que es justo?
Entonces respondió Jehová: si
hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este
lugar por amor a ellos. Y Abraham replicó y dijo: he aquí ahora que he
comenzado a hablar a mi Señor, aunque soy polvo y ceniza. Quizás faltarán de
cincuenta justos, cinco: ¿Destruirás por aquellos cinco toda la ciudad? Y dijo:
no la destruiré, si hallare allí cuarenta y cinco.
Y volvió a hablarle, y dijo:
quizás se hallarán allí cuarenta. Y respondió: no lo haré por amor a los
cuarenta. Y dijo: no se enoje ahora mi Señor, si hablare; quizás se hallarán
allí treinta. Y respondió: no lo haré si hallare allí treinta. Y dijo: he aquí
ahora que he emprendido el hablar a mi Señor: quizás se hallarán allí veinte.
No la destruiré, respondió, por amor a los veinte. Y volvió a decir: no se
enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez; quizás se hallarán allí
diez. No la destruiré, respondió, por amor a los diez. Y Jehová se fue, luego
acabó de hablar Abraham; y Abraham volvió a su lugar.
Tomemos este texto por partes.
De esta conversación de Dios con Abraham, surgen tres principios importantes:
1)= Descubrimos que la malvada
Sodoma pudo haber sido perdonada por causa de diez personas justas. De esto
aprendemos que no es la presencia del mal lo que pone fin a la misericordia y a
la benignidad de Dios, sino la ausencia del bien.
2)= Aunque en ocasiones Dios
nos inspira a orar, mostrándonos las cosas que habrán de acontecer, nuestra
intercesión debe concordar con el carácter de Dios y su pacto con la humanidad.
Así como Abraham, podríamos apelar a Dios para que preserve ante el mundo su
nombre, honor y perfecta justicia.
3)= Aunque frecuentemente
medimos la capacidad de influir en otros términos cuantitativos, la aritmética
humana no puede ser utilizada para calcular el impacto de los justos. Dios
salva a través de los muchos o de los pocos.
CLAVE NÚMERO SEIS: ABRAHAM FUE
PODEROSO EN ORACIÓN.
Y finalmente, la base que
transformaría a Abraham en el personaje bíblico e histórico que es. Para esto,
sin desmedro de todo lo demás, tenemos que ir a la carta a los Hebreos.
(Hebreos 11: 17)= Por la fe
Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las
promesas ofrecía su unigénito.
Este capítulo 11. si usted lo
mira con cuidado, va a registrar las victorias gloriosas de los campeones de la
fe, no obstante, los versículos 13 al 16, hablan de aquellos que murieron “sin
haber recibido lo prometido”. Aún así, la Biblia dice que “todos murieron
creyendo”, y se sintieron contentos de confesar que ellos eran tan sólo
extranjeros y peregrinos que viajaban, por así decirlo, a través del territorio
de aquel país: “Porque, para los verdaderos creyentes, vivir por fe es morir por
fe”.
La clave para la “confesión”
de este grupo admirable en Hebreos capítulo 11 es que cuando recibieron la
promesa de Dios se sintieron “plenamente convencidos”, como sucedió con Abraham
y sus descendientes, de que la promesa era verdadera. De esa manera, abrazaron
(Literalmente “saludaron”) aquella promesa en sus corazones. La palabra
CONFESAR nos ayuda a entender cuán espontáneamente estos mártires de la fe
tomaron el camino de Dios, y nos legaron su testimonio, que su Palabra registra
rindiéndole tributo.
Si bien es cierto que estas
personas alcanzaron muchas victorias por medio de la fe, el texto dice que
ninguno de ellos recibió todas las cosas que fueron prometidas. Que nosotros
recibamos lo que “confesamos”, (pedir, orar o esperar), no cambia el comportamiento
o la actitud del creyente consagrado. La adoración y el andar en la fe no
dependen de las oraciones contestadas o no contestadas. Nuestra confesión del
señorío de Cristo en nuestras vidas ha de ser consistente, una celebración
diaria de profunda gratitud.
CLAVE NÚMERO SIETE: LA
MARAVILLOSA FE DE ABRAHAM.
Claro ESTÁ Que, para llegar a
esa maravillosa fe, Abraham debió transitar por seis escalas previas que ahora
quiero recordarle, como para que no se olvide de incorporarlas a su vida.
¿Usted desea tener ese grado de fe que tenía Abraham? Entonces deberá cumplir
con estos seis pasos previos: 1) Obediencia.- 2) generosidad.- 3) Valentía.- 4)
Recibir Bendición.- 5) Ser incorruptible.- 6) Poderoso en Oración. Estas seis
estaciones habrán de llevarlo a la séptima, que es la más admirada, pero
también la que resulta de pagar un precio: Una fe inclaudicable.
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