La
gente dice que hay dos formas de aprender:
Por la experiencia, la cual se
obtiene de los errores cometidos; y por la sabiduría, la cual se obtiene de los
errores de otros.
Es importante buscar consejo de
la persona correcta.
Se cuenta la historia de un
servidor público recién nombrado que estaba instalándose en su nueva
oficina.
Al sentarse ante su escritorio
por primera vez, descubrió que su predecesor le había dejado tres sobres con
instrucciones que deberían abrirse únicamente en tiempos de
angustia.
No habían pasado muchos días
antes que el hombre entrara en conflicto con la prensa, así es que decidió abrir
el primer sobre.
La nota decía: «Échele
la culpa a su predecesor». Y eso fue lo que hizo.
Durante un tiempo todo anduvo
bien. Pero unos pocos meses más tarde, de nuevo estaba en problemas, así es que
procedió a abrir el segundo sobre.
La nota decía:
«Reorganícese». Y eso fue lo que hizo.
Eso le permitió disponer de más
tiempo. Pero debido a que en realidad nunca había resuelto ninguno de los
asuntos que estaban complicándole la vida, volvió a tener problemas, y esta vez,
peores que nunca. De modo que, desesperado, abrió el último
sobre.
La nota adentro decía:
«Vaya preparando tres sobres».
Moraleja:
Pida consejos, pero asegúrese
que sea de alguien que haya aprendido a manejar sus fracasos en forma
exitosa.
Bien lo dice las sagradas
escrituras: Oirá el sabio
y aumentará el saber, y el entendido adquirirá consejo (Proverbios
1:5)
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