“El crecimiento espiritual” (1°
parte)
INTRODUCCIÓN
Cuando un matrimonio tiene un bebé, lo
primero que le consulta al pediatra es cómo está siendo su crecimiento. Luego
de efectuar las mediciones correspondientes, el médico compara los resultados
con una “curva de crecimiento” y saca sus conclusiones. En lo espiritual,
nosotros también tenemos un crecimiento y nuestra estatura va cambiando. Sin
embargo, no siempre los resultados son positivos. En la clase de hoy hablaremos
acerca de nuestra estatura espiritual y de cómo lograr que nuestro crecimiento
no sea obstaculizado.
DESARROLLO
Dios desea que alcancemos la estatura espiritual
de Cristo. Para ello, es necesario que dejemos de compararnos con otros, comencemos
a poner la mirada en Jesús, observando su ejemplo en la Biblia y seguirlo. Esto es
lo que nos desafía a crecer.
La falta de crecimiento en un hijo, como
decíamos en la introducción, genera preocupación en los padres. De igual
manera, si comenzamos a estancarnos y dejar de crecer, nuestro Padre Celestial
lo advertirá y esperará un cambio de actitud. Dios desea hijos saludables,
dispuestos a alcanzar la plenitud en todos
los órdenes de la vida.
Claro que si decimos que queremos crecer,
pero no estamos dispuestos a perdonar, o a tener fe en medio de una lucha, o a
leer la Palabra ,
es difícil que el deseo se plasme en la realidad. Una persona que crece, es una
persona que le cree a Dios, avanza y es de bendición a otros, a pesar de las
circunstancias que le toque atravesar.
Dando lo máximo de ti, donde te toque estar
En 2 Pedro 3:18 el Apóstol también nos
desafía a crecer, lo cual señala una decisión propia. Es tiempo de decidirse a buscar más de Dios y comprometerse
con la obra para poder conocer más de lo que el Señor tiene para cada
una de nuestras vidas. Pero no todos tenemos que crecer en lo mismo. En Efesios 4:11-15 vemos los ministerios
que el Señor dispuso para su congregación. Fuimos justificados en Cristo para
poder ser parte de su cuerpo, la iglesia. Pero también hay una santificación
progresiva, un proceso que va siendo regulado de acuerdo a nuestra decisión de
rendirnos a Dios.
Asimismo, en la Palabra vemos que no todos
somos llamados a cumplir exactamente la misma tarea, sino que cada uno es
capacitado por Dios para algo especial. Así como alcanzamos nuestra máxima
estatura cuando nos ponemos en puntas de pie, si el dedo gordo no estuviera
ahí, esto sería casi imposible. ¿Cuán visible y apreciado es nuestro primer dedo
del pie para nosotros? Casi pasa desapercibido, sin embargo es vital. Lo
hermoso de esto es que podamos apreciar el lugar donde estamos y dar lo máximo
de nosotros mismos para crecer en todo sentido (Filipenses 1:6).
Las causas del estancamiento
En las Escrituras podemos observar algunos ejemplos
de personas que en lugar de crecer y avanzar en fe, en algún momento de sus
vidas se detuvieron. Es por eso, que a continuación analizaremos las causas del
estancamiento espiritual:
1)
La tentación de quedarse a mitad de camino. En la familia de Abraham,
vemos este ejemplo. En Génesis 11:31-32
vemos que Abraham, vivía junto a su familia en Ur de los Caldeos. Una nación
pagana, llena de dioses falsos. Hasta que Dios lo llama para salir de allí y
dirigirse hacia la tierra prometida (Canaán). Es así que parte, junto a su
padre, su esposa y parentela. En Harán deciden parar y curiosamente el padre de
Abraham no continua más su viaje. Una parte de su familia decidió quedarse a
mitad de camino en lugar de seguir hacia lo que Dios tenía para ellos. Si bien habían
comenzado bien y habían dejado todo de lado para obedecer a Dios, por alguna
razón, se quedaron a mitad de camino. El estancamiento tiene que ver con esto,
con comenzar bien pero en algún momento permitirle a las heridas o problemas
que nos corten el camino hacia la bendición. Es conformarse con algo cuando
podemos tener todo. El crecimiento en Dios, no conoce de límites. Tenemos que
buscar estar plenamente mejor, en cada área de la vida. El Señor desea para ti
la victoria completa. De igual manera que Abraham, no se conformó, sino que
leemos en Génesis 12:1-5, retomó el
camino y continuó viaje hacia la bendición total.
2)
Lo bueno muchas veces es el enemigo de lo mejor. Lo que nos detiene y nos estanca es el conformismo. En lo
espiritual, el conformismo no existe, puesto que siempre Dios tiene preparado
más por delante. En el mundo hay limitaciones, pero cuando te arrodillas en tu
casa, no importa tu condición social o la circunstancia por la que estás
atravesando, ¡allí cuando decides buscar de Dios, alcanzas los tesoros y
secretos guardados que solo los hijos del Señor pueden obtener! En Romanos 12:2
la Palabra
nos motiva a no estancarnos, a no acomodarnos a las costumbres de este tiempo,
sino a buscar más de Dios e ir en busca de lo mejor. ¡Es tiempo de buscar la
plenitud! Luego de Abraham, el pueblo de Israel terminó en Egipto, donde tuvo
que atravesar 400 años de esclavitud. Con el ministerio de Moisés, el pueblo
salió de allí para recuperar la tierra prometida. Sin embargo, vemos en Números 32:5-6 que dos de las tribus de
Israel, en lugar de atravesar el Jordán y conquistar la promesa, prefirieron conformarse
en un lugar cómodo. El gran enemigo del crecimiento es la lucha que hay entre
lo bueno y lo mejor. Ellos estaban frente a lo mejor, y se conformaban con lo
bueno. La historia continúa con que Moisés los insta a acompañarlos a la
conquista, porque su egoísmo estaba desanimando al resto del pueblo. Cuando
alguien se conforma, se estanca y cuando lo hace, afecta para mal a los que lo
rodean. No solo es su problema, sino que también es el de los que están a su
lado. No crecen ni dejan crecer a los demás. Por tanto, no te quedes estancado
porque Dios tiene más para tu vida. Anímate a ir en pos de lo mejor!
Las razones del
estancamiento
¿Por qué se produce el estancamiento? Podemos entender que el dejar
de perseverar en el crecimiento, se puede deber al temor al fracaso. Tal vez
situaciones pasadas traen duda en el momento de avanzar. O puede que el
perfeccionismo nos haga buscar un ideal que resulta inalcanzable y por lo tanto
frene nuestro crecimiento. De una u otra forma, no debemos permitirle al
enemigo cortar nuestro camino hacia el cumplimiento de las promesas de Dios en
nuestra vida.
Asimismo debemos darlo todo para seguir avanzando. Así como Dios le
dijo a Josué (Josué 1) que se esforzara y fuera valiente, así también nosotros
debemos ofrecerle al Señor nuestra mejor actitud y confianza ya que Él se
encargará de los milagros y las maravillas. Dios espera lo mejor de ti puesto
que lo que tiene preparado, si aceptas el desafío de crecer, es mucho mejor de
lo que imaginas!!
CONCLUSIÓN
Por tanto, es tiempo de analizar como está tu estatura espiritual.
¿Has estado creciendo o te has estancado? Dios desea que continúes el viaje
hacia lo mejor. Para ello es necesario que apartes los temores, el
perfeccionismo y te esfuerces al máximo por dar lo mejor donde Dios te ha
puesto. Por más que puedan surgir obstáculos, no te quedes a mitad de camino,
avanza y deshecha todo lo que te frene en lo espiritual. Si así lo decides, tu
crecimiento será sorprendente! ¡Anímate a entregarte a los brazos de tu Creador
sin límites!
Preguntas de reflexión:
1) ¿Sientes que te has estancado?
2) ¿Hubo alguna herida o frustración que detuvo tu crecimiento?
3) ¿Cómo lograr seguir adelante?
Año 2013
Iglesia “Rey de Reyes”
Pastores Claudio y Betty Freidzon
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