domingo, noviembre 03, 2013

La Pornografía


La adición a la pornografía no es una adicción pública como el alcoholismo. En el alcoholismo, la última persona que conoce que es alcohólica es el mismo alcohólico.

 

La adición a la pornografía proviene de todos los estilos de vida. Hay trabajadores y ejecutivos de cuello blanco; como también la gente casera, cristiana, judía y atea. En fin, todas la razas y trasfondos. Hay solteros, casados y padres. Podrían ser vagos o diligentes. También trabajadores de la comunidad.

 

La pornografía es como una droga que crea adicción psicológica. Tú piensas que la puedes controlar, que eres fuerte, pero terminas atado a ella; ella es la que te controla, te domina, cada día quieres más y más mientras tú te destruyes, y otros disfrutan tu dinero. Lo que al principio te daba asco, después te resulta agradable y ya no te importa seguir pecando. Comienzas a sentir que todas las mujeres son baratas, regaladas, fáciles. Llegas a pensar que se te están ofreciendo porque llevan alguna ropa ajustada.

 

La pornografía desprecia a la mujer y al hombre. Los usa como si fueran cosa u objetos baratos que cuando se gasta hay que tirarlos y cambiarlos por otros. La pornografía estimula el sexo libre a todos y con todos, y destruye a la familia. La pornografía te mete en la mente una idea mentirosa y enfermiza acerca del sexo y de ti mismo. Te dice que no vales nada, que el otro tampoco vale nada. Que lo puedes usar a tu antojo y luego desecharlo y buscar algo mejor. Te dice que está todo permitido, que no existen límites ni regalas en el sexo.

 

La Biblia dice: “La lámpara de cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo esta lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas: Mira pues, no suceda que la luz que en ti hay, sea tinieblas” (Lc. 1:34-35)

 

La basura que entra en ti es la basura que sale de ti. La pornografía es basura. La pornografía es un invento del diablo. Revistas pornográficas, videos, cables, líneas telefónicas pornográficas, que con solo una llamada te ofrecen basura directamente a tus sentidos. Además de cines pornos, letras de temas pornográficos, almanaques y mil cosas más que a través de Internet promueven abiertamente la homosexualidad, lesbianismo, violaciones, sadomasoquismo, bestialidad, abuso de menores, todo esto relacionado con la pornografía. La pornografía tiene el poder de esclavizar tu mente y arruinarte completamente, porque detrás de ella hay demonios.

 

Algunos quieren controlar su adicción, otros no. Tú quieres controlar tu adición. He dicho “controlar” tu adicción, porque necesito que entiendas que nunca podrás “eliminar” tu adicción. Tu siempre será adicto, a menos que, el poder de Dios quiebre todo yugo diabólico haciendo pedazos ese patrón de vida (Isaías 10:27). Solo el poder de Dios es capaz de sacudir tu vida de manera tal que jamás seas igual.

Algunas personas, cuando se sienten solos(as), se vuelven a la masturbación y a la pornografía. Tal sexo simulado lo hace sentir mal. Prepara una agenda para los momentos que estás solo(a). Aprende a disfrutar tus momentos de soledad, Has trabajos en la casa, estudia, ora o ejercítate. Sal de la casa y pon tu corazón a latir. No te preocupes que cuando regreses serás tentado(a) otra vez. Comienza a hacer cosas que te agradan en los momentos de soledad. Lee la Biblia, ora frecuentemente y refúgiate en Cristo.

 

Recuerda que el que practica el pecado es esclavo del pecado. Necesitas hacer ajustes en tu manera de pensar y tomar acciones para mantenerte lejos del peligro. Huye de la ocasión del pecado. La pornografía envilece el sexo.

 

Escrito por: Pastor Isidro Rodriguez


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