Pastor Ruddy Gracia
Génesis 45:25-28/46:1-4. La falsa muerte José anunciada por sus hermanos al patriarca Jacob le causó tanto dolor que se negó a ser consolado llegando a exclamar en Génesis 37:35 “Descenderé enlutado a mi hijo hasta el seol”.
En este momento se auto condenó a una maldición, pues dice la Palabra que tu te atas con los dichos de tu boca, por tanto hay que tener mucho cuidado con lo que decimos en un momento de dolor. Por años el quería creerle a Dios y no podía, quería tener fe y no podía.
De igual manera hay muchos cristianos hoy, deberían brindar esperanza y no pueden, deberían ser prósperos y exhibir al mundo la abundancia de vida que hay en Cristo, pero no es así. E[l origen del problema está en trauma que los marcó y no han podido superar, algo que no salió como ellos esperaban.
Jesús dijo “En el mundo tendréis aflicción, mas confiáis yo he vencido al mundo”. ¡Las aflicciones y tragedias hay que vencerlas!, ¡hay que vencer el mal con el bien y seguir adelante! No importa cuan difícil sea la situación, es la reacción ante ella lo que determina si te quedas derribado o te vuelves a levantar con más fortaleza.
La fe es un mandato, eso significa que creer es un acto de la voluntad. Aunque la fe tiene mucho que ver con la palabra, también tiene mucho que ver con tu decisión a creer esa palabra. Algunos escuchando la misma palabra que otros deciden no creer. El que cree actúa y recibe, pero el que no cree no actúa ni recibe nada.
Como un acto de tu voluntad tienes que decidir y hablara a tu corazón, “ Ya no voy a vivir más a medias, no voy a vivir atado al pasado, voy a vivir en la libertad de Dios, voy a actuar y creer en fe, voy a hacer lo que Dios ha ordenado que yo haga.
Cuando el patriarca creyó la notica de que su hijo vivía y lo confesó con sus labios las cosas comenzaron a cambiar y Dios permitió que pudiera volver a ver a su amado José, pues la misma boca que había confesado luto hasta la muerte, en este momento declaraba lo que creía, declaraba vida.
Cada vez que maldices debes aprenderá romper esa maldición, pidiendo perdón a Dios por lo haz dicho y declarando bendición.
En este momento se auto condenó a una maldición, pues dice la Palabra que tu te atas con los dichos de tu boca, por tanto hay que tener mucho cuidado con lo que decimos en un momento de dolor. Por años el quería creerle a Dios y no podía, quería tener fe y no podía.
De igual manera hay muchos cristianos hoy, deberían brindar esperanza y no pueden, deberían ser prósperos y exhibir al mundo la abundancia de vida que hay en Cristo, pero no es así. E[l origen del problema está en trauma que los marcó y no han podido superar, algo que no salió como ellos esperaban.
Jesús dijo “En el mundo tendréis aflicción, mas confiáis yo he vencido al mundo”. ¡Las aflicciones y tragedias hay que vencerlas!, ¡hay que vencer el mal con el bien y seguir adelante! No importa cuan difícil sea la situación, es la reacción ante ella lo que determina si te quedas derribado o te vuelves a levantar con más fortaleza.
La fe es un mandato, eso significa que creer es un acto de la voluntad. Aunque la fe tiene mucho que ver con la palabra, también tiene mucho que ver con tu decisión a creer esa palabra. Algunos escuchando la misma palabra que otros deciden no creer. El que cree actúa y recibe, pero el que no cree no actúa ni recibe nada.
Como un acto de tu voluntad tienes que decidir y hablara a tu corazón, “ Ya no voy a vivir más a medias, no voy a vivir atado al pasado, voy a vivir en la libertad de Dios, voy a actuar y creer en fe, voy a hacer lo que Dios ha ordenado que yo haga.
Cuando el patriarca creyó la notica de que su hijo vivía y lo confesó con sus labios las cosas comenzaron a cambiar y Dios permitió que pudiera volver a ver a su amado José, pues la misma boca que había confesado luto hasta la muerte, en este momento declaraba lo que creía, declaraba vida.
Cada vez que maldices debes aprenderá romper esa maldición, pidiendo perdón a Dios por lo haz dicho y declarando bendición.
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