Traductor

jueves, noviembre 28, 2013

Mujeres que no se rinden a pesar de la adversidad

— "¿Por qué lloras mamá?" - le preguntó un niñito a su madre.
— "Porque soy mujer" - le contestó ella.
— "Pero yo no entiendo" - dijo el niño.

Su madre se inclinó hacia él y abrazándolo le dijo: - "Y nunca lo entenderás..."
Más tarde el niñito le preguntó a su padre:
— "¿Por qué mamá llora a veces sin ninguna razón?"
— "Todas las mujeres lloran siempre sin ninguna razón..." - era todo lo que el padre le podía contestar.

El pequeño niño creció y se convirtió en todo un hombre, preguntándose todavía por qué las mujeres lloraban. Un día el niño convertido en hombre se arrodilló y le preguntó a Dios: — "¿Señor, por qué lloran tan fácilmente las mujeres?".
Y Dios le dijo:
"...Cuando hice a la mujer tenía que hacer algo muy especial. Hice sus hombros lo suficientemente fuertes como para cargar el peso del mundo entero, pero a la misma vez lo suficientemente tiernos para confortar a quien lo necesite. Le concedí el poder de dar la vida y una inmensa fuerza interior para que pudiera soportar el dolor de dar a luz y hasta el rechazo que muchas veces proviene de sus propios hijos. Le di una fortaleza para que pudiera seguir adelante y cuidar a su familia a pesar de las enfermedades y la fatiga, y sin quejarse cuando otros se rinden. Le di la sensibilidad para amar a sus hijos bajo cualquier circunstancia con amor incondicional, aun cuando éstos la hayan lastimado mucho. Esa misma sensibilidad que hace que cualquier tristeza, llanto o dolor de sus hijos niños desaparezca, y que le hace compartir las ansiedades y miedos de la adolescencia e incluso de la edad madura. Le di fuerza suficiente para que pudiera perdonar las faltas de su esposo y la moldeé de una de sus costillas para que ella pudiera cuidar de su corazón. Le di sabiduría para saber que un buen esposo nunca lastimaría a su esposa y a veces le pongo pruebas para medir su fuerza y determinación para mantenerse a su lado a pesar de todo. Pero hijo, ...para poder soportarlo todo, le di lágrimas de las reales que brotan de ella exclusivamente cuando su ser necesita expresarse más allá de las palabras; esa es su única debilidad ... lágrimas que piden perdón por los errores y la dureza del corazón de la humanidad; al derramarlas vierte un poquito de amor en cada una, que se desvanece en el aire y salva a la humanidad."

Mujeres de la Biblia

Salvaron a Reyes de cometer locuras.
1Samuel 25:32 Y dijo David a Abigail: Bendito sea Jehová Dios de Israel, que te envió para que hoy me encontrases.
25:33 Y bendito sea tu razonamiento, y bendita tú, que me has estorbado hoy de ir a derramar sangre, y a vengarme por mi propia mano.


Declaraban Paz a pesar del dolor.
2 Reyes 4:26 Te ruego que vayas ahora corriendo a recibirla, y le digas: ¿Te va bien a ti? ¿Le va bien a tu marido, y a tu hijo? Y ella dijo: Bien.
4:27 Luego que llegó a donde estaba el varón de Dios en el monte, se asió de sus pies. Y se acercó Giezi para quitarla; pero el varón de Dios le dijo: Déjala, porque su alma está en amargura, y Jehová me ha encubierto el motivo, y no me lo ha revelado.


Arriesgaron sus vidas por las de su nación. 
Ester 4:16 Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca. 

No se movieron de su lugar y fueron recompensadas.
Rut 1:16 Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. 

Por su astucia sus hijos alcanzaron bendición.

Génesis 27:5 Y Rebeca estaba oyendo, cuando hablaba Isaac a Esaú su hijo; y se fue Esaú al campo para buscar la caza que había de traer.

Génesis 27:13 Y su madre respondió: Hijo mío, sea sobre mí tu maldición; solamente obedece a mi voz y ve y tráemelos. 
Pablo le recuerda a Timoteo el papel importante que juegan su madre y su abuela en su ministerio.
2Timoteo 1:5 trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también.

Pastora: Daniela de Pérez
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario