Traductor

martes, noviembre 26, 2013

Que no decaiga tu fe

 
Esta  es  una  historia verídica de  algo  que  pasó  en  la USC  (Universidad del  Sur  de  California) hace algunos años.

Había un  profesor de  Filosofía que  era  un  recalcitrante ateo,  por  lo  que  se  encargaba en  todo  el semestre de su clase  obligatoria de probar que Dios  no podía  existir.
Sus estudiantes siempre tenían miedo de discutir con él por su impecable lógica.
Por 20 años  enseñó su clase  y nunca nadie  tuvo  el valor  de oponerse a sus razonamientos.
Algunos discutían algún  punto de vista,  claro  está,  pero  nunca nadie  se atrevió a confrontarlo, porque tenía  su marcada reputación de destrozar a sus alumnos.
Al final  del  semestre, en  el último día  de  clases, siempre les  decía  a sus  más  de  300  alumnos: "¡Si hay alguien aquí  que todavía crea  en Jesús, póngase de pie!".
En 20 años  nadie  se había  puesto de pie, porque sabían lo que seguía...
El profesor continuaba diciendo: "Porque quien  crea  que Dios  existe es un verdadero tonto".
"Si  Dios  existiera, podría detener este  pedazo de gis  para  que  no cayera al suelo  y se rompiera en mil pedazos... Con esta  tarea  tan simple demostraría su existencia divina, pero  no lo puede hacer"...
Y cada  semestre soltaba el gis en el piso  del salón  de clases y se estrellaba, rompiéndose en muchos pedacitos... todos los estudiantes veían  sin poder hacer nada.
Así, muchos estudiantes salían convencidos de que Dios  no podía  existir...
Ciertamente  había   estudiantes  de  muchas  religiones,  cristianos  bastantes,  pero   siempre  todos temerosos de ponerse de pie, pues  no encontraban argumentos para  convencer al profesor.
Hasta que llegó  un "estudiante" que tenía  que tomar su clase, pues  era obligatoria, y aún sabiendo de
la  fama   de  dicho   profesor, sentía  la  obligación  moral  de  defender  su  fe...   por   lo  que   se  fue preparando durante todo  el  semestre, orando cada  mañana para  que  Dios  le  diera  la  fuerza de levantarse, sin importar lo que  el profesor dijera o hiciera, ni tampoco lo que  la clase  pensara, pues nadie  ni nada  debería impedirle dar testimonio de su fe.
Llegó  el día final  de clases...
El profesor dijo: “¡Si hay alguien aquí  que todavía cree  en Dios,  póngase de pie!".
Él   tuvo   el  valor   de   levantarse...  Tanto  el  profesor  como   todos  sus   compañeros  se   quedaron estupefactos...
El  profesor le gritó: "Eres un  tonto... ....si  Dios  existiera no  permitiría que  este  gis  se  rompiera al caer  al piso"...
Al ir diciendo esto,  el gis  se le resbaló de la mano, rebotó por  la manga de su camisa, rodó  por  los pliegues de su pantalón y luego  lentamente por  su zapato de piel  suave... cayó  al piso  y simplemente rodó  sin romperse ni un pedacito siquiera...
La quijada del  profesor se le abrió, mientras veía  el gis intacto... no pudo  articular palabra... miró  al
Joven  estudiante de pie...  y salió  avergonzado del salón  de clases...
El joven, entonces, se puso  en frente de todos y les  habló  de su fe en Dios  y en Jesús por  más  de media hora,  platicándoles de  su  experiencia de  fe  y de  oración... de  inmenso amor  de  Dios  que  nos manifiesta en Cristo Jesús...
Todos los estudiantes se quedaron a escucharlo...
Dios  es amor... nuestro guía es Jesús...
Pídeles que  siempre te ayuden a dar  buen  testimonio de tu fe...  y, sobre todo,  ora mucho para  que tu fe siempre se convierta en buenas obras y así des mucho fruto.
www.facebook.com/TuHisToRiaReAL.com.real.

By Beto.
 
 
Esta es una historia verídica de algo que pasó en la USC (Universidad del Sur de California) hace algunos años. Había un profesor de Filosofía ...que era un recalcitrante ateo, por lo que se encargaba en todo el semestre de su clase obligatoria de probar que Dios no podía existir. Sus estudiantes siempre tenían miedo de discutir con él por su impecable lógica. Por 20 años enseñó su clase y nunca nadie tuvo el valor de oponerse a sus razonamientos. Algunos discutían algún punto de vista, claro está, pero nunca nadie se atrevió a confrontarlo, porque tenía su marcada reputación de destrozar a sus alumnos. Al final del semestre, en el último día de clases, siempre les decía a sus más de 300 alumnos: "¡Si hay alguien aquí que todavía crea en Jesús, póngase de pie!". En 20 años nadie se había puesto de pie, porque sabían lo que seguía... El profesor continuaba diciendo: "Porque quien crea que Dios existe es un verdadero tonto". "Si Dios existiera, podría detener este pedazo de gis para que no cayera al suelo y se rompiera en mil pedazos... Con esta tarea tan simple demostraría su existencia divina, pero no lo puede hacer"... Y cada semestre soltaba el gis en el piso del salón de clases y se estrellaba, rompiéndose en muchos pedacitos... todos los estudiantes veían sin poder hacer nada. Así, muchos estudiantes salían convencidos de que Dios no podía existir... Ciertamente había estudiantes de muchas religiones, cristianos bastantes, pero siempre todos temerosos de ponerse de pie, pues no encontraban argumentos para convencer al profesor. Hasta que llegó un "estudiante" que tenía que tomar su clase, pues era obligatoria, y aún sabiendo de la fama de dicho profesor, sentía la obligación moral de defender su fe... por lo que se fue preparando durante todo el semestre, orando cada mañana para que Dios le diera la fuerza de levantarse, sin importar lo que el profesor dijera o hiciera, ni tampoco lo que la clase pensara, pues nadie ni nada debería impedirle dar testimonio de su fe. Llegó el día final de clases... El profesor dijo: “¡Si hay alguien aquí que todavía cree en Dios, póngase de pie!". Él tuvo el valor de levantarse... Tanto el profesor como todos sus compañeros se quedaron estupefactos... El profesor le gritó: "Eres un tonto... ....si Dios existiera no permitiría que este gis se rompiera al caer al piso"... Al ir diciendo esto, el gis se le resbaló de la mano, rebotó por la manga de su camisa, rodó por los pliegues de su pantalón y luego lentamente por su zapato de piel suave... cayó al piso y simplemente rodó sin romperse ni un pedacito siquiera... La quijada del profesor se le abrió, mientras veía el gis intacto... no pudo articular palabra... miró al Joven estudiante de pie... y salió avergonzado del salón de clases... El joven, entonces, se puso en frente de todos y les habló de su fe en Dios y en Jesús por más de media hora, platicándoles de su experiencia de fe y de oración... de inmenso amor de Dios que nos manifiesta en Cristo Jesús... Todos los estudiantes se quedaron a escucharlo... Dios es amor... nuestro guía es Jesús... Pídeles que siempre te ayuden a dar buen testimonio de tu fe... y, sobre todo, ora mucho para que tu fe siempre se convierta en buenas obras y así des mucho fruto.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario